Está perdiendo oportunidades comerciales:
- Aplicaciones de trading gratuitas
- 8 000+ señales para copiar
- Noticias económicas para analizar los mercados financieros
Registro
Entrada
Usted acepta la política del sitio web y las condiciones de uso
Si no tiene cuenta de usuario, regístrese
en el enlace hay unas fotos igualmente preciosas de este autor.
Si tuviera un ordenador de trabajo que pudiera cambiar periódicamente los fondos por sí mismo, tal vez lo haría.
Científicos de EE.UU. han descubierto que sentir miedo ante las tareas matemáticas puede activar la zona del cerebro responsable de sentir dolor físico.
El estudio descubrió que en las personas que tienen un miedo especial a las tareas matemáticas, la anticipación de las actividades computacionales aumenta por sí misma la actividad de la zona del cerebro responsable de la sensación de dolor físico. Y cuanto más nervioso estés, mayor será la actividad neuronal correspondiente
...una sensación de temor a los problemas matemáticos...
Es una especie de manicomio. Eso me recuerda:
Cuando tenía 16 años, en una "selección profesional", nos sentamos durante cuatro horas y pusimos números de tres en raya en los cuestionarios.
Algunas de las preguntas eran muy extravagantes, como:
- ¿Tienes miedo de pisar paja en el pavimento?
- ¿Miras por el retrete después de... ?
Sólo me vienen a la mente estos dos, fue hace mucho tiempo.
Es una especie de manicomio. Eso me recuerda:
Cuando tenía 16 años, en una "selección profesional", nos sentamos durante unas cuatro horas y pusimos números de tres en raya en los cuestionarios.
Algunas de las preguntas eran muy extravagantes, como:
- ¿Tienes miedo de pisar paja en el pavimento?
- ¿Miras por el retrete después de... ?
Sólo recuerdo a estos dos, fue hace mucho tiempo.
Dalí tenía una especie de diario en el que anotaba muchas cosas, incluso lo que veía "a posteriori"...
Echa un vistazo, no te arrepentirás:
==============
"Había un saltamontes sentado en la hierba, ¿lo entiendes?"
¿Dónde está la gente?
¿Dónde está la gente?
Algunos de sus contemporáneos solían decir que era una pena que todos los que sabían cómo dirigir el Estado correctamente ya estuvieran trabajando como lavaplatos, conserjes, taxistas, etc.