[Archivo c 17.03.2008] Humor [Archivo al 28.04.2012] - página 144
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Tuvo que dar el dinero que faltaba al fabricante de estufas. Después, el capataz se subió al tejado y lanzó medio ladrillo a la chimenea. Es una red de seguridad por si acaso.
Una historia que ocurrió una vez en el antiguo Instituto Militar de Lenguas Extranjeras.
Una llamada al instituto desde el Ministerio de Defensa: *¡Se necesita un intérprete angoleño! ¡Un coche está en camino! * Bueno, el hombre de guardia piensa:
*¿Qué, no saben que es portugués en Angola?
Muy bien, entonces llama a la facultad. Y todos los estudiantes con portugués se han ido de permiso. Al final cogen a un tipo con español y le dicen: *Vaya al Ministerio de Defensa, el portugués y el español son lo mismo, tradúzcalo de alguna manera*.
Así que llega y le dicen: "Vas a traducir la película. Le llevaron a una cabina, le dieron un micrófono, un teniente coronel estaba sentado a su lado por si acaso.
Mientras el intérprete mira, los generales se reúnen en la sala. Por fin se apaga la luz y comienza la película.
Y entonces el oyente le dice al Teniente Coronel:
- ¡Escucha, no es angoleño! ¡Es mongol!
Y le dice:
- ¿Eres intérprete? ¡Así que traduce!
Bueno, nada que hacer, mira la pantalla. Y hay dos mongoles
montando sus caballos en medio de la estepa y hablando entre ellos
sobre algo. Y traduce:
- ¡Hola!
- Hola.
- ¿Cómo estás?
- Nada.
- ¿Has tenido tu cosecha?
- Sí, gracias.
En ese momento, el hombre que habla saca su espada y decapita al otro hombre. El intérprete dice:
- ¡Así empezó la colectivización en Mongolia!
Luego había escenas de la vida medieval, y el tipo traducía como podía, pero lo interesante es que a los generales les encantaba la película.
Esa es la historia.
- Eso es, está muerto. La oruga bebedora está condenada a la extinción", dice mi mujer.
- ¡Diablos, no! - Me opongo. - Se despertará por la mañana. Como mucho, con una terrible resaca.
Por la mañana no había ninguna oruga en la tapa. Lo encontré en la ruta del vino:
se ahogó en un vaso de agua...
A la mañana siguiente.
Se despierta: su marido se ha ido. Aquí está - ¡¡¡el momento de la verdad!!! Cogiendo el teléfono, le llama y, sin apenas oír su voz, comienza a hacer incursiones:
"¡Ah, tú, tú, tú, tú! ¡¿Dónde-estás-caminando-tram-tara-ram?! ¿Olvidaste dónde vivías? M-noche-después-de-la-puerta!!!" etc.
Después de escuchar con calma esta diatriba furiosa, mi marido respondió con sueño: "Bueno, ¿por qué gritas? Estoy en el baño".
desatornillado los asientos, ni idea de dónde está golpeando. Como resultado, actuamos de forma competente: un hombre bombea el coche y el otro escucha un cuerpo con un estetoscopio. Hemos descubierto que el golpeteo se produce en el interior de la caja de refuerzo vertical, que está soldada a la chapa embellecedora desde el interior del coche. No sentimos pereza y cortamos un agujero con una cizalla.
Dentro de la caja, en un grueso hilo de pescar, cuelga una tuerca M24 y una nota en ruso: "Bien hecho, lo encontré".
Me desperté en casa. Pensé que estaba soñando. Me preparé, hice algo en la casa y me fui a trabajar. Llegué allí, encendí el ordenador y empecé a leer los correos electrónicos. Oigo que alguien me llama. No respondió, bueno, a ellos. Sigo leyendo. De nuevo llaman. De nuevo no hay respuesta. Detrás de mí ya están frotando mi hombro. Me he puesto a gritar con esa "coctelera". Y seguí leyendo. Y de repente oí la voz de mi mujer:
- Levántate, me pediste que te despertara temprano, y todavía estás jurando...
Un día se hartó de su hardware anticuado y empezó a cabrear a sus jefes, argumentando que un nuevo ordenador sería más resistente a los virus (era imposible explicar a los jefes que ese ordenador estaba irremediablemente anticuado desde hacía sólo 4 años).
Como "virus" escribió un programa que cada 10 minutos daba la vuelta a la pantalla 90 grados, y así en círculo. En presencia del agente, el ordenador fue revisado por un software antivirus que, por supuesto, no encontró nada.
Pero nuestro ejército no puede romperse. El oficial (un teniente coronel, creo) no dejaba de teclear documentos, volteando él mismo el monitor cada vez.
Pero, al fin y al cabo, se compró un nuevo ordenador, cuando el monitor, incapaz de soportar semejante mierda, murió al cabo de un mes.
- Un pequeño paso para el hombre, un gran salto para la humanidad.
Y añadió en voz baja:
- Buena suerte, Sr. Gorsky.
A su regreso a la Tierra, durante 10 años, los obstinados periodistas intentaron que Armstrong explicara esta frase, pero a todas las preguntas respondía que no podía decir nada. La pregunta se volvió tan tradicional como la respuesta. De repente, 10 años después del vuelo, le hicieron la pregunta de rigor en una rueda de prensa:
- ¿Quién es el Sr. Gorsky después de todo?
De repente, Armstrong respondió que, dado que el Sr. Gorski había muerto, se sentía con derecho a explicarse:
- Cuando tenía siete años, mi hermano y yo estábamos jugando al béisbol en el patio. Mi hermano golpeó la pelota con demasiada fuerza y ésta cayó bajo la ventana del dormitorio de nuestros vecinos, el señor Gorski. Corrí a recoger la pelota y oí a la señora Gorski decir a su marido:
- ¡¿Sexo oral?! ¿Quieres sexo oral? ¡Lo conseguirás cuando el hijo del vecino pise la luna!
Le envío a mi esposa un mensaje de texto a la casa de campo:
"¡Buenos días! ¡Te quiero mucho! ¿Has hecho caca?"
Un par de minutos más tarde recibo la respuesta de uno de mis compañeros:
"¡Hola! ¡Te quiero aún más! ¡Buena mierda! Gracias".
Número equivocado de mi agenda...