El comisario europeo de Asuntos Económicos y Financieros, Pierre Moscovici, reavivó hoy la idea de un presupuesto con recursos propios para la eurozona y para facilitar una solución al problema de la deuda acumulada entre 2008 y 2012.
El exministro de Finanzas de Francia delineó a título personal en la Universidad Libre de Bruselas algunas ideas para profundizar la gobernanza económica de la unión monetaria de cara al informe que presentarán los presidentes de las principales instituciones comunitarias y de la eurozona en junio y que servirá a la Comisión Europea (CE) de hoja de ruta.
Moscovici abogó por abrir "dos frentes": por un lado la "reconvergencia" o intensificación de la convergencia de las economías europeas, tanto dentro de la eurozona como entre los diecinueve países de la unión monetario y otros Estados miembros del a Unión Europea (UE).
Por otro dijo que hay que solucionar "el problema de la deuda heredada" durante la crisis que supone un "factor adicional de divergencia" entre las economías comunitarias y tiene "grandes implicaciones para el crecimiento y nuestros modelos sociales en Europa en las próximas décadas", señaló el comisario, quien no quiso profundizar en cómo hacer frente a este asunto.
Moscovici consideró que abrir estos dos frentes puede tener implicaciones económicas y legales de alcance.
El comisario abogó además por fortalecer los instrumentos para incentivar las reformas estructurales a nivel nacional, avanzar hacia un "mecanismo de ajuste a nivel de la Unión Económica y Monetaria (UEM)" en la forma de un presupuesto propio de la eurozona pero reconociendo margen para la subsidiariedad fiscal.
Ello quiere decir que solo interviene en la medida en que su acción sea más eficaz que una intervención nacional.
Moscovici afirma que esta "capacidad presupuestaria" existe de forma natural en otras uniones monetarias y podría servir para apoyar la estabilización macroeconómica, como seguro contra choques, o para suministrar bienes públicos.
En su opinión, la CE debería además estar en una posición de poder actuar sobre "todos los asuntos pertenecientes a la eurozona, en todos los foros", y entre otras cosas contempló a largo plazo integrar al presidente del Eurogrupo en el Ejecutivo comunitario.
El eurocomisario también consideró necesario mejorar en foros extranjeros la representación de la UEM, al ser el euro la segunda moneda más importante en el mundo, y tener "una representación externa fragmentada en asuntos económicos internacionales significa que la eurozona actúa por debajo de su peso".
El comisario se refirió igualmente a que las reglas de supervisión y de gobernanza económica son "altamente complejos y fragmentados", pero al mismo tiempo se introdujo esa complejidad para garantizar que sean estrictas pero con cierta flexibilidad.
Para el comisario galo, la transparencia, la simplicidad y la rendición democrática de cuentas deberían estar detrás de cualquier mejora de las reglas.
Moscovici señaló que, si se quiere alinear los proceso de coordinación económica y presupuestaria, habrá que "contemplar en algún momento cambios en la legislación secundaria y posiblemente en el Tratado" de la UE, una idea rechazada por ahora por los países.