La economía de Estados Unidos se estancó en el primer trimestre, al crecer solo a una tasa anualizada del 0,2% entre enero y marzo. Wall Street esperaba una moderación en la recuperación por el efecto combinado de las continuas nevadas, la debilidad económica internacional y las fortaleza del dólar, pero no tan fuerte. Este frenazo podría forzar a la Reserva Federal a retrasar el primer alza de tipos de interés en nueve años.
El paso atrás es considerable, si se toma como referencia el 2,2% de crecimiento registrado en el cuatro trimestre de 2014 y el 5% del tercero del año pasado. Se esperaba un crecimiento del 1%. Se trata, en todo caso de la primera lectura del indicador, que está sujeto a dos revisiones. En el primer trimestre del año pasado ya se vivió una situación similar, por la severidad del invierno, que llevó a la economía a contraerse cerca de un 3%. No se espera algo así.
El detalle del indicador preliminar muestra en todo caso que las empresas recortaron un 23% la inversión en el arranque de 2015, que las exportaciones cayeron un 7,2% y que los consumidores, del que dependen dos tercios del crecimiento, son cautos a la hora de gastar pese al abaratamiento de la gasolina. Es decir, y a la vista de la progresión del crecimiento, la expansión sigue siendo desigual seis años después de salir de la Gran Recesión.
El dato se publica horas antes de conocerse la decisión de la Fed, tras la que se espera deje las cosas como están. Hasta hace unos meses se daba por hecho que la primera subida sería en junio. Ahora se ve posible que pase incluso a la reunión de octubre, aunque septiembre sería también probable si hay una mejora. Eso implicaría que el encarecimiento del dinero a final de año sería menor, de medio punto porcentual como mucho.
Otra posibilidad es que suceda en junio, más como algo simbólico, y darse una pausa para ver cómo responden la economía y los mercados a su decisión antes de una segunda subida a final de año. Lo que tienen claro en Wall Street, es que el inicio del proceso se marcará este año, porque la Fed empieza a tener impaciencia. Los tipos llevan al 0% desde diciembre de 2008.
El problema, como muestra el dato de crecimiento, es que los indicadores económicos juegan en este momento en contra. El hecho de que la Fed diga que su decisión dependerá de la evolución de la información que le llega le pone entre la espada y la pared. La fortaleza del dólar provoca además la sensación de que el crecimiento está siendo menor de lo que es.