A América del norte me refiero, al de las oportunidades. Y es que somos incapaces de hacer autocrítica constructiva.Seguimos comparándonos con los débiles, y de ello hacemos titulares para ensalzar nuestro ego estatalista. Ese mismo que nos impide compararnos con los grandes para no afrontar nuestras debilidades como país, y que Dios Estado sigue interviniendo en lo privado,más de lo que debería.
Esa actitud papista española no beneficia a medio y largo plazo al país en un mundo cada día más globalizado.
Los de arriba lo saben, pero abrir el melón de la comodidad de la masa por la de la libertad del individuo es algo que costaría de digerir bastante por el vulgo social.Es decir, el coste electoral sería enorme, brutal.
De momento, España sigue la tendencia.Bastará quizás una década para que el melón reviente repleto de pepitas esparcidas por ahí sin nadie que se haga cargo de ellas, por ejemplo:
– Melón de las pensiones. 9 millones de pensionistas y creciendo.
– Melón de la administración. 3 millones de funcionarios, edificios, etc.
– Melón de la pirámide poblacional.
– Melón de las coberturas sanidad y educación gratuita a todos los niveles
– Melón de la deuda 100% del PIB y creciendo.
Demasiados melones insostenibles por un modelo estatal obsoleto en la gestión de los recursos por parte del estado y del ciudadano.
Ante la problemática de la pirámide poblacional invertida y la globalización del mercado, casuística irremediable al desarrollo propio de los tiempos que nos toca vivir, no queda otra que asumir cuanto antes este reto imposible de asumirlo a cero coste social.Muy probable, lo primero, las pensiones.