La estatal brasileña Eletrobras participará en un proyecto hidroeléctrico en Nicaragua en conjunto con la constructora Queiroz Galvão, a pesar de haber registrado pérdidas de 2.700 millones de reales (1.046 millones de dólares) en el tercer trimestre.
El proyecto de Tumarín data de 2009 y demoró en concretarse. Eletrobras y Queiroz Galvão son los únicos socios del proyecto, con 50% de participación cada uno.
De acuerdo con la estatal, el primer aporte de Eletrobras será de 100 millones de dólares y los recursos provendrán de la caja de la empresa.
La noticia sobre la inversión se distribuyó luego de que Eletrobras reportara pérdidas de 6.300 millones de reales (u$s 2.441 millones) durante año pasado y de 6.800 millones de reales (u$s 2.625 millones) en 2012. La firma estatal también ha sido mencionada como una de las empresas públicas donde funcionaría un esquema de pago de sobornos similar al que la justicia brasileña investiga en estos momentos en Petrobras.
La cooperación con Queiroz Galvão para el emprendimiento en Nicaragua ha generado polémica, ya que la constructora es investigada como una de las presuntas participantes del esquema de sobornos en Petrobras.
Aún así, el Consejo de Administración de Eletrobras considera que el proyecto Tumarín será lucrativo para la estatal: la tasa interna de retorno de la inversión estaría en torno al 12 por ciento.
La hidroeléctrica de Tumarín tendrá una potencia de 253 megawatt (MW) y costará 1.100 millones de reales, unos 426 millones de dólares. Recibirá fondos adicionales de del brasileño Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social, BNDES, y del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE).
Tumarín fue el resultado de la política de aproximación del ex presidente Lula da Silva (2003-2010) y el nicaragüense Daniel Ortega. En 2007 Lula visitó Managua y anunció la disposición de Brasil a ayudar a resolver los problemas de abastecimiento de energía del país, que sufría racionamiento y apagones a diario.
